lunes, 27 de octubre de 2008

EL GRAN DIA DE LOS PRIMERIZOS (tercera parte y sigue...)



Han pasado muchos dias desde la ultima vez, a veces no es posible cumplir o estar aqui a diario o al menos cuando se promete,los imponderables pueden retrasar las cosas, pero no cancelarlas definitivamente, a no ser que la desaparicion sea fatal en cualquier circunstancia. Les platicaba la ultima vez cómo Humberto se había apoderado de la lana que estaba destinada a pagar el primer palo de los cuatro amigos que por primera vez tendrian la gran aventura de sentir como es estar entre las piernas de una mujer, penetrando en lo mas deseado, aun sin saber exactamente como se hace o con el temor de no poder hacer las cosas como deben ser.
Pues bien, al dia siguiente nos despertamos todos de manera diferente, la exitacion era enorme en todos los sentidos, no dejabamos de pensar en como lo hariamos... Nos encontramos en el Colegio y lo primero que hicimos fue preguntarle a Humberto cuanto dinero era lo que habia tomado del fajo de la tia Umbe.
-Traigo como mil doscientos dolares, dijo Humberto.
-Orale, es un chingo, dijimos casi todos juntos.
- Y què? Donde vamos a ir?
Quiero decirles que en el lugar donde vivíamos teniamos ubicados los mas cercanos bules a los que podriamos acudir, en donde segun nosotros, no habia peligro de ser atacados o donde no se nos prohibiera la entrada por ser menores de edad. En multiples ocasiones habiamos ido a ver, primero desde afuera y luego adentro, a las mujeres que trabajaban ahi, incluso habia uno, "El Pez que Fuma", donde ibamos en las tardes, de dos en dos, mientras las chavas, las mas jovenes, andaban arreglandose solamente envueltas en una toalla y por cinco pesos, se abrian la toalla para mostrarnos su cuerpo desnudo por unos segundos. Eso nos bastaba para tener las mas deliciosas visiones que se quedaban grabadas para ser usadas durante nuestros devaneos onanistas. A mi en lo personal me gustaba en especial Gloria, una chava muy joven de piel blanca y sonrisa facil, con senos pequeños y paraditos y que ademas de mostrarnos su cuerpo desnudo, al despedirse nos daba un beso apenas rozando nuestros labios.Pero tanto Oscar, como Humberto tenian otras preferencias que estaban en otro sitio llamado "Bar Sinaloa", un lugar un poco mas lúgubre, con mas facha de prostibulo y en donde te recibia una anciana que practicamente decidía con quien debias acostarte, decia ella, que con la intuicion que le habia dado el tener mas de cincuenta años de puta.
Lo primero que hicimos fue buscar como cambiar los dolares robados a la tia Umbe, para no despertar sospechas, aunque no sabiamos a quien le ibamos a resultar sospechosos, pero en fin... fuimos al centro de la ciudad a una casa de cambio en donde nos cambiaron los dolares sin ningun problema. Carlos, el cuarto de los cuatro fantasticos dijo que debiamos comprar una caja de condones para no embarazar a las putas (¿...?) por supuesto que en esos tiempos no habia sico ni trojan, y si los habia, no teniamos idea de que existian, el problema era como llegar a la farmacia a pedir una caja de condones sin que nos metieramos en problemas. Ahora si, nos echamos un volado y asi decidimos lo de la compra de los condones. Para mi suerte, le toco a Oscar, quien de estar en un estado de exitacion contagioso, paso a un estado de depresion y preocupacion total, le dijimos que lo acompañariamos hasta la puerta de la farmacia y que si habia problemas, pues, que saliera corriendo. Pero no, todo salio bien, En unos pocos minutos, salio Oscar de la farmacia con un pequeño paquete en las manos, viendo para todos lados como si estuviera cometiendo un gran delito y aun nervioso, llego hasta nosotros, quienes le preguntamos como le habia ido y nos contesto que en realidad no sabia como, todo habia pasado en un instante que se le perdio, ni siquiera recuerda el rostro de quien lo despacho, ni si habia o no mas personas a su alrededor, solo se recuerda saliendo de la farmacia con los protectores de latex empacados en una cajita de carton.
Ya con todo listo, nos encaminamos al Bar Sinaloa, que era una casa normal convertida en bule, en la sala, muebles como si fuera una casa normal, luego una puerta con cortinas de trocitos de bambu y una rokola, unas chavas pintarrajeadas y con microminifalda y escotes que se esforzaban por dejar ver las tetitas de las chavas, estaban sentadas en los muebles de sala, esperando, creemos, que alguno de nosotros la llamara. Ahora pensandolo bien, no creo que ninguna hubiera estado interesada en cualquiera de nosotros, pues no eramos alguien que gastara mucho dinero en ellas fichando, pero en ese momento nos sentiamos superman.
La anciana "edecan" nos recibio y nos llevo hasta una mesa, pedimos unas cervezas y por supuesto que todos traiamos nuestros cigarros y empezamos a fumar. La doña nos dijo que habia una chavitas como para nosotros, pero Humberto y Oscar preguntaron por las que ya habian visto y con toda seguridad habian soñado y hasta dedicado alguna manipulacion privada a ellas. La doña les contesto que una de ellas no estaba, pero que llamaria a la otra y nos traeria a otras mas que nos harian compañia y que si queriamos ir al cuarto con ellas tendriamos que pagar por adelantado.
Todos estabamos impacientes, por nuestra edad no eramos buenos bebedores de cerveza ni de ningun licor, y casi al mismo tiempo pedimos tartamudeando ir a lo que íbamos.
A mi me todo una chava menudita, delgada, morena, de pelo lacio y facciones finas que me dijo se llamaba Sonia, no era lo que yo habia esperado, pero ya encarrerado daba lo mismo, se sento junto a mi, pegando un poco su cuerpo al mio, pidio una cerveza y se la tomaba viendome a veces y sonriendo, creo yo, de manera timida. En un momento, la quise besar, pero me dijo que eso era para despues, cuando estuvieramos en el cuarto. Los cuatro nos levantamos junto con las chavas y cada quien se encamino hacia el cuarto que nos indicaban las chavas, en un pasillo, nos esperaba la doña pidiendo el pago, tanto de los cuartos, como el pago para cada una de las chavitas. Humberto saco la lana, pagó y creo que todos nos sentimos un poco nerviosos,pero muy contentos y exitados por lo que venia y se haria en pocos segundos.
(continuara)

lunes, 20 de octubre de 2008

LA PRIMERA DEL PRIMERIZO (segunda parte y sigue)


Reunidos los cuatro tratando de encontrar una solucion al problema nos imaginabamos ya estar en los brazos de alguna de las suripantas pintadas que habiamos visto al pasar por el frente de algunos bules.

Olvidaba comentar que Humberto tenia una hermana un año mayor que él, Esther, una mujer callada, delgada pero con sus carnitas bien puestas, un poco de acné en la cara que con toda seguridad la acomplejaba y una expresion con mucha expectativa que nosotros interpretabamos como que siempre estaba hirviendo por dentro y que igual que nosotros le urgia saber que hacen dos personas solas, desnudas y ganosas. Oscar, quien no pensaba antes de hacer cualquier cosa y con mucha suerte, porque todo le salia bien, preguntó en que habitacion dormía la tía Umbe, a lo que Humberto contestó que en la habitacion de su hermana...
- ¡zaasss! Ya esta!!!
- ¿Que?
- Ya lo tengo... dijo Oscar, - Esther quiere conmigo, pero es muy tímida para aceptarlo y yo... pues, respeto a mi amigo y no haría la gachada de cogerme a su hermana, pero tratandose de lo que se trata... pues, me sacrifico...
- ¿Quueee? exclamo Humberto... Porque te tienes que coger a mi hermana para conseguir los dolares de la tia Umbe?
- Porque asi Esther vigilaria a la tia y veria donde guarda sus dolares y en la noche me dejaria entrar para robarmelos sin tener que meter mis manos entre sus tetas...
- No mames, mira que sacrificado... ademas, si ya te cogiste a mi hermana, que interes vas a tener de conseguir la lana para ir con unas putas...
- Ah pos si... No, no, aunque me coja a tu hermana de todos modos trato de conseguir la lana para que ustedes pierdan su virginidad tambien, no me creas tan gacho...

Nosotros pusimos una expresion de consentimiento y le dijimos que confiabamos en el, pero que de perdida nos contara toda la historia completa de como se habia cogido a Esther...
-¡Momento! dijo Humberto, ¡mi hermana no es ninguna puta para andar en la boca de todos!
- No, no va a ser en la boca de todos, solo en la de nosotros...
- Que poca madre!

Sin descartar la idea de Oscar, pensamos en echar un volado para ver quien se aventaba a meter la manos en tan deseado tumulto de carne por ser el escondite de los billetes que nos comprarian el placer que mas deseabamos en ese momento. Pero la verdad es que nadie se atrevia a hacerlo aunque le hubiera tocado en el volado.

Luego pensamos en espiar a la tia Umbe para saber cuando se bañara y entrar a buscar los dolares, pues con toda seguridad no se metia a bañar con ellos en las manos o entre las tetas. El error de ese plan era que no habia forma de saber a que hora entraba al baño sin estar dentro de la habitacion de Esther y ninguno a excepcion de Humberto podia hacer eso y lo haria sospechoso a la hora de ser descubierto el robo.

Fueron dias tormentosos, no pensabamos en otra cosa, conseguir esa lana era nuestra prioridad, pues de ello dependia que en poco tiempo perdieramos la virginidad y pudieramos presumir que ya habiamos cogido. Oscar insistia en su idea involucrando a Esther, quien ya sospechaba algo y se le veia contenta de ser parte de alguna confabulacion insospechada y sobre todo de estar cerca de uno de nosotros o de todos, mucho tiempo despues supimos por ella misma, que nos deseaba por igual a los tres amigos de su hermano y que el que se aventara primero seria el dueño de sus primeros gemidos. Finalmente y bajo la protesta de Humberto, decidimos que ese seria el mejor plan, si queriamos que todo sucediera pronto; entonces invitamos a Esther a salir con nosotros, para platicarle nuestro plan. Al principio Esther nos veia a todos con ojos incredulos, como que no podia aceptar que las reuniones, las confabulaciones y todo lo que habia visto en dias anteriores, era unicamente para robarse una lana y con eso pagarnos unos palos con unas pirujas. Despues aceptó la idea con una condicion, que ella tambien se quedara con algo del dinero y quien se quedara con ella no se acostara con una piruja, que se acostara con ella nada mas; incluso nos dijo que cada noche ella veia en donde la tia Umbe ponia su tambache de billetes antes de dormirse. La alegria nos invadio, solo Humberto tenia sus reservas, finalmente todo giraba en torno a sus familiares, pues robariamos a su tia y su hermana terminaria cogiendo con uno de nosotros... entonces dijo - No, mejor Esther que nos diga donde pone la lana la tia y yo me meto en la noche a tomarla.
No era lo que todos esperabamos, pues de alguna manera se nos ponia de pechito la Esther y todos nos relamiamos con solo imaginar besando sus senos pequeños y sus pezoncitos duritos, pero en fin, no ibamos a negarnos a lo que Humberto sugeria, si con eso el quedaria tranquilo y todos conseguiriamos lo que queriamos.
Es posible que no se haya notado, pero todos sabiamos que en la mente de Esther habia decepcion y un poco de enojo, de pronto se le habia escapado la oportunidad de sentir algo mas que sus dedos y que quedara todo como en familia, pero tambien se resignó y mejor se apartó del grupo, no sin antes informar a Humberto del escondite de la tia.
Todavia hicimos un ultimo intento de conseguir las caricias de Esther, proponiendo hechar un ultimo volado para que Humberto no se sintiera obligado a ser el, quien tomara la lana. Asi, si nos tocaba a alguno de nosotros, tendriamos la oportunidad de tratar de hacer algo con Esther, pero el problema estaba en que tan tarde era muy sospechoso que cualquiera de nosotros estuviera en la casa de Humberto, y mas en habitacion de Esther donde podiamos ser descubiertos. Asi pues, se tomó la decisión, esa noche Humberto tomaria la lana o parte de ella y al dia siguiente nos iríamos de paseo por las nubes o mas bien a entregar, pagando, nuestra virginidad.

Humberto, espero la señal de Esther y descalzo entró a la habitacion dirigiendose directamente al closet donde en la parte superior estaba bajo unas sábanas el manojo de dólares. Humberto los tomó, pero se le hicieron muchos, entonces aparto unos cuantos que vio que eran de cien y dejo el resto en su lugar, de esa manera no se descubriria muy pronto el robo. Pasada la media noche, todos recibimos la llamada de Humberto, el dinero ya estaba en sus manos, eran un poco mas de mil dolares, lo suficiente para pagarnos una noche de lujuria y de placer. Creo que ninguno de nosotros pudo dormir imaginando como gozaríamos al día siguiente.

(continuara)

domingo, 19 de octubre de 2008

LA PRIMERA DE LA PRIMERA VEZ (primera parte)

Por razones desconocidas todavia por mi, hasta hace unos años, los colegios religiosos, es decir, regenteados por curas o monjas, eran de un solo genero, los hombres, con curas y las mujeres con monjas, y los del tecer sexo, pues se chingaban o la pasaban mejor que nadie porque tenian un bufet diario en donde escoger sus delicias sexuales de la secundaria y de la prepa (dicen que son las relaciones que mas recuerda uno, como la primera novia y esos pedos...)
Pues bien, ya en la etapa de querer meterla en cualquier hoyo, entre varios compañeros que ya temiamos nos salieran pelos en las manos, llegamos a un acuerdo: El primero que consiguiera la lana suficiente para pagar al menos cuatro palos, financiaria la primera vez de los cuatro fantasticos que nos creiamos.
Como esto resultaba una super aventura en una comunidad de santurrones, niños bien, putitos y cuates sin esperanza, pues uno de nosotros se tomo la libertad de difundir nuestro gran acuerdo, lo que muy pronto llego a oidos del prefecto, quien nos llamo uno a uno a su oficina para que, primero confesaramos nuestro plan y segundo disuadirnos de perder nuestra castidad entre las piernas de una piruja. La consecuencia de esto fue que de parte del colegio solicitaron firmemente a nuestros padres que no nos dieran dinero, ni de domingo, ni de ninguna otra fuente, pues seria utilizado para algo maligno.
Muy poco duro nuestra frustraciòn y nuestra resignacion a continuar sintiendo temor de que nuestras manos se volvieran un manojo de pelos. Humberto nos llamo a los demas para decirnos que las cosas no se detenian, el plan continuaba y el tenia resuelto cualquier problema. Resulta que ese dia, a casa de Humberto llego de visita la tia Umbelina que vivia desde hacia muchos años en Los Angeles. La tia Umbe resulto ser una mujer madura, bastante gorda pero con olor a cosas nuevas, muy risueña y ruidosa y bastante complaciente, llego con muchos regalos, hasta para los amigos de sus familiares mas lejanos. Pero lo mejor de la tia Umbe, es que cada vez que podia, mostraba un manojo de dolares verdes verdes, que segun decia ella, no hallaba en donde ponerlos para que no se le "confundieran" y despues de mostrarlos, los metia entre sus dos grandes tetas redondas y tambien olorosas a nuevo o a algun perfume que desconociamos su existencia. Por supuesto que todos le preguntamos a Humberto en donde estaba la relacion entre la visita de la tia Umbe y la calentura de todos nosotros, a lo que Humberto contesto inmediatamente:
-¿Que no han visto la cantidad de billetes que trae la gordita?
- Pos si, contestamos todos.
- Pero... ¿Como le haremos para quedarnos con unos cuantos para pagarle a las pirujas?
- Pues... asintio Humberto, - Uno de nosotros tendra que meter la mano entre las tetas de la tia Umbe y atrapar los dolares.
- No mames guey... como que le vamos a meter las manos entre las tetas a tu tia?
- PUes si... de que otra forma?
- hmmmmmmm

continuara...

jueves, 9 de octubre de 2008

FUMAR ERA UN PLACER



Hubo una época, no tan lejana, en la que fumar era símbolo de elegancia e incluso "beneficioso" para la salud. O eso era, por lo menos, lo que pretendían hacer creer las empresas tabaqueras. Prueba de ello, es la exposición que se presenta en la Biblioteca Pública de Nueva York y que recoge los carteles publicitarios que desde 1927 a 1954 utilizó la industria en Estados Unidos para subrayar las maravillas del tabaco.
En el caso de la exposición de Nueva York, las imágenes utilizadas por la industria tabaquera resaltan que el hoy maligno cigarrillo era considerado entonces por las tabaqueras como beneficioso para la salud, por su pretendida capacidad "para calmar los nervios, dar energía y perder peso". Para resaltar la idea, estas empresas no dudaron en recurrir a profesionales de la medicina, como los dentistas o los cirujanos, para recomendar determinada marca de cigarrillos, o a un bebé que pide a su padre que fume unos muy populares cigarrillos porque él "siempre elige lo mejor".