miércoles, 10 de junio de 2009

ADORABLE RINCON


La primera vez que estuve en el edificio, despues de darnos la mano a la hora de las presentaciones me dijo que "era una suerte que estuviera aqui". De momento no supe realmente de quien era la suerte, si solo mia, de ella o de todos los que aqui trabajan, pero me gusto el comentario. Al retirarse, volteò descuidadamente hacia mi y me envio una sonrisa simple, no podria decir que tenia ningun mensaje, solo era un gesto de cordialidad, de amistad. En ese mismo instante senti una fuerte palmada en mi espalda, era Beto, que despues confirme que es el chistoso de la oficina, el de las bromas y el de los comentarios comprometedores, junto con la palmada, abriendo los ojos muy grande,dijo de manera sugerente: ¡¡SUERTUDOTE!!
Pasaron algo asi como diez dias sin que tuvieramos ningun contacto cercano, en realidad me centre en ponerme al dia y adaptarme a mi nuevo trabajo, conformando horarios y rutinas para hacer mas sencilla la obligacion diaria, a ella, solo la veia de lejos pasar entre oficinas o cuando salia al terminar el dia, tambien de lejos nos saludabamos con alguna sonrisa y algun gesto con la mano; ademas le habia prometido a Cecilia que no me empeñaria en ligarme luego luego a la primera que me gustara en mi nuevo trabajo, cuando acordamos eso, en broma le dije que si pasado el tiempo y con toda calma, entonces si podria ligarme a alguien y por supuesto me contesto con una mentada, aunque terminamos enrollados uno del otro como siempre, ya sea por puro gusto, por celebrar algo o por conciliar algo.
Tengo la costumbre, buena o mala, de evitar a toda costa imprimir cualquier documento, cuando lo hago, es porque es el ultimo recurso, trato en lo maximo manejar ese rollo de manera digital, no soy ambientalista ni ecologista a ultranza, solo que se me hace un desperdicio usar el papel para cualquier cosa, habiendo otras opciones. Cuando inicie en este trabajo, me dotaron, entre otras cosas, de un paquete de hojas de papel blanco para que lo utilizara en lo que se ofreciera, pero al poco tiempo ya estaba casi por terminarse el dichoso paquete de hojas y la verdad, aun contra mi voluntad, necesitaba mas hojas para terminar algunas cosas que tenia pendiente. Busque a quien preguntarle donde podia conseguir otro paquete de hojas y de pronto, casi de la nada, aparecio ella, sonriente, dispuesta. Debo confesar que lo que dije me salio tartamudeado, ya no sabia si se reia de mi o conmigo, el caso es que volteo un poco y señalo un pasillo, diciendome que al fondo se encontraba la bodega de papeleria, que solicitara un vale con la recepcionista y me entregarian lo que necesitaba. La verdad hubiera deseado que me dieran un vale para canjearlo por un beso con esa deliciosa mujer de brazos delgados, senos medianos y sugerentes, cuello un poco largo, cabello hasta los hombros un poco rizado y de color negro, ojos pequeños pero brillantes y una boca grande que se antojaba morder como si fuera una fresa. Traia en ese momento un vestido blanco un poco transparente, sin hombros, ceñido de los senos y amplio de las caderas, se adivinaba que tenia unas piernas bien formadas, no muy gruesas y los pies, los pies, unas joyas gritando su necesidad de sentir unos labios, una lengua que los acariciara; bien cuidados, las uñas recortadas y los dedos juntos y bien formados.
-Y... y... como te llamas?
-Marifer...
-¿Maria Fernanda? dije
-Si quieres... aunque me gustaria que mejor me llames Marifer...
lo dijo con su eterna sonrisa y guiñando un ojo. Esperè a que preguntara como me llamaba yo, pero mas bien fue sorprendente lo que dijo:
-¿Has estado en Barcelona?
-Eeee... en Barcelona? ¿En España?
-Si...
-Si, en una ocasion. Conteste.
-Entonces nos llevaremos bien.
Dijo eso, se dio la vuelta y se fue caminando hacia su sitio, mientras yo estaba entre asustado, sorprendido, encantado y por supuesto exitado, aunque no podia descifrar que habia pasado en el momento anterior.
- Marifer... Barcelona...
La verdad no sabia que estaba pasando, lo sorpresivo y extraño de ese dialogo me perturbo por un momento. Total, volvi a la realidad, fui por el vale y luego a recoger el paquete de hojas blancas.
Al final del dia solo tenia mi mente en un solo canal, llegar a mi casa, ponerme comodo y ver la tele, no tenia animos ni fuerza para ponerme a leer algo, solo lo que pudiera captar entre sueños lo que saliera de la tele... Despues de ordenar lo mas posible mi lugar de trabajo, me dirigi hacia el elevador en donde la mayor parte de los que trabajamos en ese piso esperaban de igual manera el elevador para encaminarse a sus casas.
Al dia siguiente, me propuse buscar a Marifer y tratar de platicar algo con ella, escudriñar quien era, como era, que era... Me vesti despues de bañarme y la verdad es que me sentia como un adolescente que va a ver a la chava que le gusta, o al niño que va feliz a la escuela para poder estar cerca de su maestra, la que le gusta... Busque ponerme una de mis mejores camisas y por supuesto casi casi me bañe de locion, aunque despues estuve a punto de meterme nuevamente a la regadera porque ni yo me aguantaba con tanto olor, pero ni modo, asi me fui a la oficina. Contrario a mi costumbre de desayunar algo ligero, solo me tome un poco de jugo pensando en que quiza podria encontrar a Marifer antes de entrar a la oficina y tratar de desayunar juntos. El encuentro, por supuesto fue premeditado, pero parecio casual y efectivamente Marifer y yo nos encontramos y con un saludo superficial, aunque por dentro casi temblaba de la emocion, le pregunte casualmente si ya habia desayunado, que si no queria ir al cafe cercano a la oficina, ella lo penso un instante y asintio con la cabeza, tomando mi brazo al mismo tiempo que me decia que fuera rapido para no llegar tarde a la oficina. Pidio un tè y unas galletas, muy ligero su desayuno y sobre todo saludable, le pregunte que si era deportista y con una risa burlona movio la cabeza negandolo, la verdad el subconciente fue mas rapido que muchos deseos y sin mas ni mas, le pregunte:
- ¿Porque me preguntaste sobre Barcelona?
- No lo se, me parecio que tenias cara de haber estado alla...
- ¿Pero que tiene Barcelona?
- La verdad es el lugar donde me he sentido mas libre.
- Generalmente cuando estas lejos de tu hogar, cambia tu caracter, te sientes diferente y haces cosas que dificilmente harias en el lugar donde regularmente habitas.
- Eres muy cerebral, me dijo.
- Tal vez, pero cuentame, que te marco en Barcelona...
- Me bañe desnuda en publico sin ninguna verguenza...
- ¡Que rico! debe haber sido un espectaculo...
- No, nadie me pelo, habia como dos mil encueradas mas y muchas mas buenas que yo.
- Bueno, alguien debio haber fijado su atencion en ti...
- Si fue asi, ni por enterada, con decirte que mi acompañante estaba embelesado con una alemana buenisima, ni modo. Oye, se nos hace tarde, hay que ir a la chamba o quieres que nos corran a los dos?
- Podriamos escaparnos a Barcelona los dos juntos y yo si admiraria tu desnudez.
Voltio inmediatamente y sus ojos se tornaron picaros, movio la cabeza como sacudiendo su cabellera y volvio a lo suyo.
- Mejor nos vamos, sale?
- ¿Que? ¿nos vemos mas tarde?
- Tengo mis compromisos, y se me hace que tu tambien.
Nos levantamos, caminamos juntos y en la oficina nos separamos, cada quien hacia su lugar, sin despedirnos, sin tocarnos.


(aunque no lo crea, continuare)

1 comentario:

metztli dijo...

ya te extrañaba!!!
me conoces al desnudo cada que me lees...ojalá un día podamos escaparnos al otro lado del espejo y admirar otra clase de desnudez!!!
es una cita.
besos, demasiados.