jueves, 13 de agosto de 2009

LA LENGUA


Cecilia Rosillo estudió Comunicación en la UNAM. Desde hace seis años cubre la fuente de salud del periodico EL UNIVERSAL.

Nuevamente me tomo la libertad de insertar otra de sus aportaciones.

Cecilia Rosillo
La Tarea

Traviesa, sensible, erótica

Tu piel se eriza en cuanto la sientes recorrer tu cuerpo, tus emociones se disparan si te dice lo mucho que te ama, tu líbido aumenta en cuanto te dice las fantasías que quiere compartir y definitivamete su humedad y flexibilidad hacen segura la calidad de los besos


Aunque no está considerada como órgano sexual, es parte fundamental en el cortejo, la seducción y las caricias
Tu piel se eriza en cuanto la sientes recorrer tu cuerpo, tus emociones se disparan si te dice lo mucho que te ama, tu líbido aumenta en cuanto te dice las fantasías que quiere compartir y definitivamete su humedad y flexibilidad hacen segura la calidad de los besos.

Definitivamente, la lengua es un órgano sexual. Es una de las grandes aliadas del cuerpo para el erotismo. Con ella nos comunicamos verbalmente y expresamos nuestros sentimientos, coqueteamos e iniciamos el juego del cortejo a corta distancia.

La lengua es una de las protagonistas principales cuando queremos impactar con un beso y es totalmente erótica cuando nos recorre el cuello y nos lame el cuerpo, y ni qué decir de su vital importancia en el juego del sexo oral.

Su lugar en el cuerpo

A pesar de toda su actividad en el sexo, no está contemplada como zona erógena. Curiosamente, una de las partes más perceptivas del cuerpo es la lengua; en mucho, el éxito de un beso pude radicar en lo rico –literalmente— que pueda saber la lengua, pues es el órgano que contiene las papilas gustativas, que nos permiten percibir los sabores. También está llena de terminales nerviosas, lo que la hace extra sensitiva y ser bastante más sensible al dolor que el resto del organismo.

Su lugar en el sexo

Con todo esto, no es de extrañar que la sensación que nos da el sentir el contacto de una lengua con otra nos excite y que los mejores besos sean aquellos en donde el ritmo de labios y lengua están mejor sincronizados.

Su humedad y su textura casi lisa, le permiten desplazarse sobre la piel mucho mejor que las palmas de las manos, que suelen ser mucho más secas. Además, con la ayuda de la saliva le permite ser el mejor instrumento y juguete sexual para la lubricación de cualquier zona del cuerpo.

Otro punto a su favor es que por naturaleza se encuentra a unos 36 grados centígrados, temperatura muy agradable para la piel, pero puede cambiar su temperatura radicalmente si bebemos líquidos más o menos fríos, lo que puede producir efectos eróticos muy placenteros.

Lo que hay que cuidar

Es que en ella se pueden esconder muchas bacterias, por la saliva y la mucosidad cercana se pueden transmitir enfermedades como la gonorrea y sífilis, entre otras. En el sexo oral, para que sea más que placentero, seguro y libre de infecciones, requiere de una lengua (y boca) limpias.

La lengua nos ayuda a conquistar y a sentir, no en vano se dice que con ella puedes irte al infierno o llegar al cielo.

viernes, 26 de junio de 2009

ADORABLE RINCON II


Pasaron varios dias en que no tuvimos ningun contacto, solo nos saludabamos de lejos, pero para ese entonces, Marifer se habia adueñado de mis pensamientos buenos y malos, segun como se vea y pensaba mucho en como ocasionar un encuentro que no se notara fabricado, no se porque me invadia cierta timidez, lo mas probable es que me gustara mucho y queria hacer las cosas bien y a tientas.
Un dia, al llegar por la mañana, encontre sobre mi escritorio una tarjeta doblada, la vi, me encontre con un recado, apenas unas palabras escritas a mano: "mañana 7 y media en el cafe de al lado para desayunar. Te espero MF." Me parecio un bonito detalle que me convirtio el dia, lo senti muy natural y mi nerviosismo se suavizo, por decirlo de alguna manera, pero no dejaba de exitarme la idea del proximo encuentro.
Al dia siguiente, al igual que los demas dias, me levante, me bañe y me prepare para irme a trabajar, Cecilia se habia quedado conmigo la noche anterior, nada especial, solo que habia llovido un poco y despues de cenar, vimos la tele y prefirio quedarse. Me gustaba mucho, Cecilia es una mujer completa, que se da y toma lo que desea, sin conflictos, sin tratos ociosos. Me encanta su piel y su olor, su cabello es rebelde, muy ensortijado, chino, es un matorral que ella doma a su antojo y de mil maneras que la hacen ver siempre diferente y hermosa. Nuestra relacion es como inició, sin preambulos, sin compromisos dichos, pero con respeto. Es probable que ella tenga algunas aventuras con alguien mas, y si es asi, lo hace con discresion, sin dañar a nadie, a mi, siempre me pide que no sea obvio, que no me apresure, que deje que las cosas se den en caso de haber alguien mas.Los dos coincidimos en que nuestros cuerpos embonan bien y hemos comentado sobre lo que somos, sin encontrar o atrevernos a encontrar la respuesta, si es costumbre o amor o el puro gusto de estar juntos hasta que pase algo mas, entre los dos o con alguno de los dos.
-Es temprano, quieres que te prepare algo para desayunar? -dijo Cecilia.
-No, la verdad es que tengo un compromiso antes de la oficina y ahi desayunare algo.
-Bueno... si no sale algo extra, ¿nos vemos mas tarde?
-Si, por la noche...
-Nos hablamos...
Se acerco para besarnos y como es su costumbre, alboroto mi cabello a pesar de ya haberme peinado, yo conteste con una suave palmada en sus nalgas, lo que la hizo brincar un poco, se volteo para decirme adios nuevamente y salio, siempre con su expresion de tranquilidad, de ser una mujer sin problemas. Sin prisa me encamine hasta la oficina, planeando la platica que tendria un poco despues, aunque me repeti varias veces que mejor dejara que las cosas se dieran como el viento. Cuando llegue al edificio donde esta la oficina, Marifer iba llegando tambien, me gusto su puntualidad, nos saludamos, ahora de manera mas intima, con un beso en la mejilla y nuevamente ella se colgo de mi brazo para encaminarnos al restaurancito-cafe.
-Buenos dias...
-Buenos dias
-Te ves relajado, crei que te ponia nervioso...
-mmmmmm pues si... tu te ves muy fresca esta mañana.
-Y dime, siempre usas mucha locion para ir a trabajar... jajajaja.
-Te estoy haciendo tu mañana, verdad?
-No, no estoy contigo para burlarme de ti, no es ninguna presuncion
pero estoy aqui porque me caes bien.
-Es obvio, nada es a la fuerza. Y tu? siempre usas vestidos
transparentes cuando vas a desayunar con alguien que te cae bien?
-Oraleee, no esperaba la respuesta tan rapido jajajaja En realidad
siempre me visto asi, de hecho hoy me puse uno menos transparente.
-¿Por alguna razon?
-No, fue el primero que aparecio ante mis ojos.
-A mi me gustaria que lo primero que apareciera ante mis ojos fueras tu... pero sin vestido.
-jajajaja ¿Tienes novia, amante, esposa, concubina u lo que sea?
-Te estabas tardando... Si, tengo una amiga con derechos.
-¡Eso ya no se usa!
-Entonces ¿que hago? ¿la tiro?
-¡Noooo! no me refiero a eso, sino que actualmente se deben organizar mejor los compromisos, se es o no se es.
-Bueno... ella es mi amiga, pero tambien somos amantes, tenemos bien establecido
por lo pronto vivimos mejor separados, cada quien por su cuenta y riesgo y
cuando los dos lo deseamos, estamos juntos a veces por varios dias, a veces solo
unas horas. Y nos ha funcionado, no tenemos broncas, tenemos un acuerdo de
respeto, cuando alguno de los dos crea que las cosas no funcionen o que han
encontrado a alguien con quien se la pase mejor, adios y san se acabo, amigos
como siempre.
-Ahhhh, no es tan facil.
-Bueno en teoria si, ademas nada es a la fuerza, a lo mejor terminamos juntos
para siempre o por un buen rato, uno nunca sabe, por lo pronto los dos nos
acomodamos bien el uno en el otro. Y... ¿tu? que tienes? ¿A quien tienes?
-La verdad no se si es mas sencillo o mas complicado que lo tuyo.
-Anda, dimelo. Bueno, si tu quieres...
-Primero trabajé para él, despues trabajé directamente con él, ahi empezo el coqueteo que termino en la cama eventualmente, sin mucho compromiso hasta que los dos quisimos ser algo mas, ahi empezaron los problemas porque yo era completamente libre, pero él no, nunca me engaño ni me oculto nada, solo que la calentura y la atraccion no nos alertó en que su matrimonio podria ser un obstaculo para que
vivieramos lo que queriamos vivir...
-¿Renunciaste a él?
-¡No! como crees... estaba completamente enamorada de èl y el rollo era reciproco, pero con un problema, el corazon de mi pareja parece condominio, igual me quiere mucho a mi y se mantiene enamorado, que con su esposa y quizas alguien mas, no lo se. Me propuso que me fuera de viaje y que trabajara en otras ciudades en donde no habia oficinas afines. Le dije que si, pero con dos condiciones, que yo escogiera a donde irme y que al menos la mitad del tiempo la pasara conmigo, es decir, que de un año, la mitad estuviera conmigo...
-Y aceptó?
-Al principio no mucho, pero no encontro alternativa. Asi fue como un buen dia me encontraba sentada en un asiento de avion, al lado de èl, con Europa como destino.
-Asi fue que llegaste a Barcelona...
-Y vaya que llegue a Barcelona, casi me la como toditita jajajaja.
-Porque? ¿Que paso?
-Al principio, pues tuve que trabajar, establecer relaciones, posicionar lo que era mi responsabilidad, al poco tiempo estaba bien establecida, nada lujoso, algo modesto pero de buen nivel y hasta consegui colarme trabajando como modelo, lo que me mostro otra parte de la ciudad que pasa desapercibida para quienes solo van de turistas. Barcelona se convirtio en una fiesta para mi y cuando Cesar llego...
-¿Cesar?
-Si, asi se llama el susodicho. Bueno, cuando llego ya todo estaba como planeado, nos dedicamos a caminar, pasear, comer, beber, coger y medio dormir. Eramos asiduos de muchos bares y lugares en donde la pasabamos muy bien. La Rambla era casi nuestro hogar, los bares, los restaurantes, los mercados, el puerto, todo, con decirte que en una ocasion que estabamos en el Cafe de L'Opera, un arabe me hecho el ojo, creyo que era una mas de las muchas putas que siempre hay en La Rambla y se empeño en que lo acompañara a una fiesta...
-¡y...? ¿fuiste?
-...hmmm la verdad, SI, Cesar estuvo de acuerdo, era una aventura mas, pacto el precio con el arabe como si fuera mi padrote y quedamos de vernos en el mismo lugar mas tarde, ya por la noche. Paso por mi un chofer, tambien arabe, que me indico el auto en el que nos ibamos, me subi y adentro habia dos chicas nigerianas, como muchas de las putas de La Rambla y de muchas ciudades de Europa Occidental, sobre todo en Paris, las dos eran dos hermosas mujeres negras, jovenes, se veian limpias y muy guapas. Desde el principio me trataron bien, sonreian todo el tiempo, iban bien vestidas y olian muy bien. Ibamos tomando champaña y una de ellas fumaba en una pequeña pipa un poco de hashis que despedia un olor dulzon agradable. El chofer encamino el vehiculo hasta Les Corts en la zona alta, hasta el barrio de Pedralbes donde llegamos a una de las casas viejas y amplias del lugar, entramos por un porton y en el portal de la casa estaba Amin, el arabe, vestido con una bata unicamente, recien bañado, perfumado y sonriente. Nos dio la bienvenida con un beso y una palmada en las nalgas a cada una de las tres "putas" y nos invito a pasar a su residencia. La fiesta estuvo entretenida, con mucha comida, bebida, drogas que Amin llamaba aperitivos y mucho jugueteo sexual, te confieso que antes de ese dia nunca habia besado a una mujer, me salio muy natural y hasta me agrado, la fiesta duro hasta el dia siguiente por la tarde y rendida y hasta adolorida, pedi qe me llevaran a mi casa, a lo que el arabe acepto sin ningun problema. Espere que me pagara, pero el me señalo al chofer a quien le dio instrucciones. LLegue a mi departamento, Cesar estaba ansioso por saber que habia sucedido y supuestamente preocupado por la tardanza, le narre brevemente lo que habia vivido, me meti a darme una ducha y me dormi.
-Orale, que historia.
-Y hay muchas mas, pero ya es tarde, tenemos que trabajar, es hora de irnos.
tengo un regalo para ti, me gustas, te espero a la hora del receso de media mañana en la bodega de papeleria, donde recogiste las hojas de papel hace unos dias ¿recuerdas?... ¿iras?
Extrañado y complacido le dije que si, pague la cuenta del desayuno y nos fuimos caminando hacia la oficina, muy juntos, hasta que llegamos al elevador, donde nos despedimos. LLegue a mi escritorio, intente empezar a trabajar, pero la mente no me permitia avanzar en nada, no podia dejar de pensar en todo lo que me habia contado Marifer y para colmo la cita que tenia en unas horas mas en la bodeguita de la papeleria. Era fascinante escucharla platicar sus historias, no le habia oido muchas, en realidad, solo una, pero tenia mucha magia y naturalidad. Me gustaba mucho. La cita era a las once treinta, cuando tenemos media hora de receso para tomar un refrigerio, salgan a fumar quienes lo deseen o simplemente descansar. En las horas anteriores al receso, vi pasar en un par de ocasiones a Marifer que haciendo su trabajo se trasladaba de un sitio a otro, era todo normal, pero su presencia me inquietaba cada vez mas. Por fin se dio la hora del descanso y antes de ir a la bodeguita de la papeleria fui al baño, donde me refresque la cara y me acomode el cabello y me volvi a fajar la camisa. Me encamine hacia la bodega, pero la persona encargada de esa seccion, me pidio el pase de entrada, yo ignorante de que me hablaba, le pregunte que que era eso, y me dijo que para entrar a la papeleria necesitaba un pase con la descripcion de lo que iba a tomar, para llevar un control, le pregunte que donde podia conseguir eso y me dijo que con la coordinadora de piso. Busque inmediatamente a la coordinadora de piso, la encontre comiendose una quesadilla y le dije que necesitaba correctores y otros articulos, me vio desconcertada y me pregunto que si no podia esperar a que terminara de comer, apresurado y casi angustiado, le conteste que no, de mal modo, se encamino a su escritorio y me dio el pase requerido. Volvi con la encargada le mostre el pase, tomo nota y me dejo pasar. Cuando llegue a la bodega, que era espaciosa y ordenada, busque a Marifer, no la vi y dije su nombre en voz alta. Ella me contesto que estaba detras de unos anaqueles, que caminara hacia ella. Me pidio que le pusiera seguro a la puerta de entrada para que nadie mas entrara, me regrese, lo hice y nuevamente me dirigi a buscarla, iba bien exitado, no sabia que estaba pasando, pero me sentia muy inquieto. Cuando llegue hasta donde estaba, vi que estaba sentada en unas cajas, con su vestido levantado y sus senos desnudos, estaba empezando a masturbarse, acariciando su entrepierna, frotando su clitoris y con la otra mano acariciando sus senos, apretando su pezoncitos que ya se veian paraditos, duritos. Me dijo que nada mas la viera, que no me acercara que la dejara terminar, que ese era su regalo para mi. Me quede sorprendido y cada vez mas exitado, ella se masturbaba cada vez con mas fuerza y rapidez, gemia, levantaba sus piernas las abria, apretaba sus senos, movia su cabeza hacia los lados y entrecerraba los ojos, gozando de sus propias caricias. Yo no aguante mas y saque mi pene, empece a masturbarme tambien, ella lo noto y sonrio, continuo en su labor y vi que estaba teniendo un delicioso orgasmo, sus piernas temblaban, vibraba toda ella y casi gritaba. Cuando se quedo quieta, impasible, con los ojos casi en blanco, me acerque, yo masurbandome aun, ella abrio bien los ojos, se incorporo, tomo mi pene y lo metio en su boca, empezo a chuparme a succionarme a acariciar mis testiculos y luego apreto mis nalgas acercandome mas a ella, hasta que estallé, termine dentro de su boca, se trago todo y me vio sonriendome. Se levanto, se acomodo la ropa, yo me acerque y la abrace, empece a besarla muy despacio, suave y ella me dijo que eso, era solo el inicio de algo que nos haria gozar mucho. Que este podria ser nuestro rincon.


(seguira la historia... lo prometo)

miércoles, 10 de junio de 2009

ADORABLE RINCON


La primera vez que estuve en el edificio, despues de darnos la mano a la hora de las presentaciones me dijo que "era una suerte que estuviera aqui". De momento no supe realmente de quien era la suerte, si solo mia, de ella o de todos los que aqui trabajan, pero me gusto el comentario. Al retirarse, volteò descuidadamente hacia mi y me envio una sonrisa simple, no podria decir que tenia ningun mensaje, solo era un gesto de cordialidad, de amistad. En ese mismo instante senti una fuerte palmada en mi espalda, era Beto, que despues confirme que es el chistoso de la oficina, el de las bromas y el de los comentarios comprometedores, junto con la palmada, abriendo los ojos muy grande,dijo de manera sugerente: ¡¡SUERTUDOTE!!
Pasaron algo asi como diez dias sin que tuvieramos ningun contacto cercano, en realidad me centre en ponerme al dia y adaptarme a mi nuevo trabajo, conformando horarios y rutinas para hacer mas sencilla la obligacion diaria, a ella, solo la veia de lejos pasar entre oficinas o cuando salia al terminar el dia, tambien de lejos nos saludabamos con alguna sonrisa y algun gesto con la mano; ademas le habia prometido a Cecilia que no me empeñaria en ligarme luego luego a la primera que me gustara en mi nuevo trabajo, cuando acordamos eso, en broma le dije que si pasado el tiempo y con toda calma, entonces si podria ligarme a alguien y por supuesto me contesto con una mentada, aunque terminamos enrollados uno del otro como siempre, ya sea por puro gusto, por celebrar algo o por conciliar algo.
Tengo la costumbre, buena o mala, de evitar a toda costa imprimir cualquier documento, cuando lo hago, es porque es el ultimo recurso, trato en lo maximo manejar ese rollo de manera digital, no soy ambientalista ni ecologista a ultranza, solo que se me hace un desperdicio usar el papel para cualquier cosa, habiendo otras opciones. Cuando inicie en este trabajo, me dotaron, entre otras cosas, de un paquete de hojas de papel blanco para que lo utilizara en lo que se ofreciera, pero al poco tiempo ya estaba casi por terminarse el dichoso paquete de hojas y la verdad, aun contra mi voluntad, necesitaba mas hojas para terminar algunas cosas que tenia pendiente. Busque a quien preguntarle donde podia conseguir otro paquete de hojas y de pronto, casi de la nada, aparecio ella, sonriente, dispuesta. Debo confesar que lo que dije me salio tartamudeado, ya no sabia si se reia de mi o conmigo, el caso es que volteo un poco y señalo un pasillo, diciendome que al fondo se encontraba la bodega de papeleria, que solicitara un vale con la recepcionista y me entregarian lo que necesitaba. La verdad hubiera deseado que me dieran un vale para canjearlo por un beso con esa deliciosa mujer de brazos delgados, senos medianos y sugerentes, cuello un poco largo, cabello hasta los hombros un poco rizado y de color negro, ojos pequeños pero brillantes y una boca grande que se antojaba morder como si fuera una fresa. Traia en ese momento un vestido blanco un poco transparente, sin hombros, ceñido de los senos y amplio de las caderas, se adivinaba que tenia unas piernas bien formadas, no muy gruesas y los pies, los pies, unas joyas gritando su necesidad de sentir unos labios, una lengua que los acariciara; bien cuidados, las uñas recortadas y los dedos juntos y bien formados.
-Y... y... como te llamas?
-Marifer...
-¿Maria Fernanda? dije
-Si quieres... aunque me gustaria que mejor me llames Marifer...
lo dijo con su eterna sonrisa y guiñando un ojo. Esperè a que preguntara como me llamaba yo, pero mas bien fue sorprendente lo que dijo:
-¿Has estado en Barcelona?
-Eeee... en Barcelona? ¿En España?
-Si...
-Si, en una ocasion. Conteste.
-Entonces nos llevaremos bien.
Dijo eso, se dio la vuelta y se fue caminando hacia su sitio, mientras yo estaba entre asustado, sorprendido, encantado y por supuesto exitado, aunque no podia descifrar que habia pasado en el momento anterior.
- Marifer... Barcelona...
La verdad no sabia que estaba pasando, lo sorpresivo y extraño de ese dialogo me perturbo por un momento. Total, volvi a la realidad, fui por el vale y luego a recoger el paquete de hojas blancas.
Al final del dia solo tenia mi mente en un solo canal, llegar a mi casa, ponerme comodo y ver la tele, no tenia animos ni fuerza para ponerme a leer algo, solo lo que pudiera captar entre sueños lo que saliera de la tele... Despues de ordenar lo mas posible mi lugar de trabajo, me dirigi hacia el elevador en donde la mayor parte de los que trabajamos en ese piso esperaban de igual manera el elevador para encaminarse a sus casas.
Al dia siguiente, me propuse buscar a Marifer y tratar de platicar algo con ella, escudriñar quien era, como era, que era... Me vesti despues de bañarme y la verdad es que me sentia como un adolescente que va a ver a la chava que le gusta, o al niño que va feliz a la escuela para poder estar cerca de su maestra, la que le gusta... Busque ponerme una de mis mejores camisas y por supuesto casi casi me bañe de locion, aunque despues estuve a punto de meterme nuevamente a la regadera porque ni yo me aguantaba con tanto olor, pero ni modo, asi me fui a la oficina. Contrario a mi costumbre de desayunar algo ligero, solo me tome un poco de jugo pensando en que quiza podria encontrar a Marifer antes de entrar a la oficina y tratar de desayunar juntos. El encuentro, por supuesto fue premeditado, pero parecio casual y efectivamente Marifer y yo nos encontramos y con un saludo superficial, aunque por dentro casi temblaba de la emocion, le pregunte casualmente si ya habia desayunado, que si no queria ir al cafe cercano a la oficina, ella lo penso un instante y asintio con la cabeza, tomando mi brazo al mismo tiempo que me decia que fuera rapido para no llegar tarde a la oficina. Pidio un tè y unas galletas, muy ligero su desayuno y sobre todo saludable, le pregunte que si era deportista y con una risa burlona movio la cabeza negandolo, la verdad el subconciente fue mas rapido que muchos deseos y sin mas ni mas, le pregunte:
- ¿Porque me preguntaste sobre Barcelona?
- No lo se, me parecio que tenias cara de haber estado alla...
- ¿Pero que tiene Barcelona?
- La verdad es el lugar donde me he sentido mas libre.
- Generalmente cuando estas lejos de tu hogar, cambia tu caracter, te sientes diferente y haces cosas que dificilmente harias en el lugar donde regularmente habitas.
- Eres muy cerebral, me dijo.
- Tal vez, pero cuentame, que te marco en Barcelona...
- Me bañe desnuda en publico sin ninguna verguenza...
- ¡Que rico! debe haber sido un espectaculo...
- No, nadie me pelo, habia como dos mil encueradas mas y muchas mas buenas que yo.
- Bueno, alguien debio haber fijado su atencion en ti...
- Si fue asi, ni por enterada, con decirte que mi acompañante estaba embelesado con una alemana buenisima, ni modo. Oye, se nos hace tarde, hay que ir a la chamba o quieres que nos corran a los dos?
- Podriamos escaparnos a Barcelona los dos juntos y yo si admiraria tu desnudez.
Voltio inmediatamente y sus ojos se tornaron picaros, movio la cabeza como sacudiendo su cabellera y volvio a lo suyo.
- Mejor nos vamos, sale?
- ¿Que? ¿nos vemos mas tarde?
- Tengo mis compromisos, y se me hace que tu tambien.
Nos levantamos, caminamos juntos y en la oficina nos separamos, cada quien hacia su lugar, sin despedirnos, sin tocarnos.


(aunque no lo crea, continuare)

viernes, 24 de abril de 2009

FORMA ATREVIDA PARA GOZAR por Cecilia Rosillo


NUEVAMENTE CECILIA ROSILLO ME HACE COMETER EL ATREVIMIENTO DE PIRATEARME UN ARTICULO DE SU AUTORIA POR DEMAS INTERESANTE...

Polémica es la palabra que mejor describe las opiniones que las personas tienen sobre practicar el coito a través del ano. Hace apenas unos 10 años se creía que esta era una actividad propia de homosexuales y de su exclusividad; sin embargo, actualmente se conoce que muchas parejas heterosexuales la usan como parte de su expresión erótica.
Para diferenciar

De manera estricta, la sexualidad anal comprende desde las caricias, besos, inserciones de dedos y estimulación del ano con algún tipo de juguete sexual. El sexo anal es la introducción del pene en el recto; esto significa que las parejas (con cualquier preferencia sexual) pueden tener sexualidad anal de cierto tipo, pero no precisamente llegan al coito por esta vía.

Extremar precauciones

Esta forma de tener sexo requiere de varias condiciones para que en realidad sea placentero. Primero, debe haber una excelente comunicación entre la pareja y, por ende, un acuerdo mutuo; si alguno de los dos (hombre o mujer) está en desacuerdo, muy factiblemente se sentirá agredido en su sexualidad si su compañero realiza este tipo de estimulación.

Segundo, dependiendo del tipo de estimulación que se realice se debe hacer de manera calmada y paulatina. No es lo mismo sólo besar la zona, que introducir unas bolas chinas.

Tercero, la higiene es fundamental. Tanto en las relaciones homo como heterosexuales el ano debe estar limpio, usar condón y jamás, después de realizar penetración anal, debe haber coito vaginal o sexo oral. Las bacterias de esta zona pueden provocar infecciones severas o contagiar enfermedades graves. El recto no produce lubricación como la vagina, sino sólo una pequeña cantidad de moco. Por eso requiere de lubricante sin aditivos químicos, más bien de base acuosa, en forma de gel, y compatibles con el látex. Recuerda que la principal función del recto es actuar como pasaje para las heces, pequeñas cantidades pueden permanecer en el recto, especialmente si no están bien formadas. Un lavado anal antes del coito ayuda a la pareja a sentirse segura y relajada.

Del placer al dolor

La estimulación del ano puede hacerse de distintas maneras, el esfínter que lo controla suele contraerse al ser tocado y más al ser penetrado; por ello, es necesario realizar primero de forma suave y lenta la inserción, quizá de un dedo pequeño y progresivamente aumentar. Esta zona está llena de terminales nerviosas, lo que puede provocar gran placer (además de que está muy cerca del punto G), o tremendo dolor. Una penetración forzada puede lastimar el pene y desgarrar el ano.

Estar preparado

Muchas personas identifican esta práctica como una dominación o humillación y su realización les resulta completamente agresiva. Esto es cuestión de gustos. Algunos pueden sin problema ofrecerla al otro, pero tienen displacer al recibirlo. El respeto a los placeres de tu pareja, así como la comunicación franca y abierta llevan a la plenitud sexual.

jueves, 23 de abril de 2009

jueves, 9 de abril de 2009

LA ULTIMA CENA










DISFRUTE Y NO SUFRA LA SEMANA SANTA

lunes, 6 de abril de 2009

NICTE





NO PUDE EVITAR ADOPTAR A NICTE, UNA COMPAÑIA PARA CADA NOCHE

lunes, 30 de marzo de 2009

martes, 24 de marzo de 2009

ADY


Cuando llego la primera vez a la oficina, nos extrañò que una mujer tan guapa apareciera asi por asi dispuesta a quedarse a trabajar con nosotros, no porque no lo merecieramos, sino porque como una tradicion, las mujeres de la empresa eran señoras mayores y el ambiente no se prestaba en absoluto para pensar en alguna relacion de oficina. Por supuesto que al llegar Ady, con toda seguridad lo que menos traia en la cabeza era ligarse a cualquiera de los que ahi estabamos. Fue amable, sonriente, linda, pero nunca coqueta; todos quisimos ver algo mas que una sonrisa mezcla de timidez, amabilidad y costumbre de ser asi, como ella es. Entre la sorpresa, las ganas de quitarle la ropa o minimo besarla, nunca nos hizo preguntarnos ¿Que chingados iba a hacer Ady en la oficina? ¿llegaba en lugar de alguien? ¿Adenas de todos? ¿Por encima de varios? Nada importaba, la guerita nueva, estaba deliciosa, encamable, chupable, cogible.
En retrospectiva, me percato que a partir de la llegada de Ady, casi todos en la oficina nos ocupamos de presentarnos a trabajar mejor vestidos, mas acicalados, perfumados y siempre sonrientes, optimistas, como si la primavera se hubiera fusionado con la navidad y todo debia ser festivo.
Mientras tanto, Ady mostraba cada vez una actitud mas segura, siempre amable -"linda" diria mi abuela- solìcita a cualquier necesidad que alguno de nosotros expresara, en fin... una mezcla deliciosa entre blancanieves, hada madrina complaciente de cualquier cuento o simplemente alguien dispuesta a servir.
Eventualmente nos reuniamos, muy poco, por alguna causa, siempre en algun restaurant o en algun bar, buscamos un pretexto e inventamos una convivencia en un bar cerca de la oficina y por supuesto, la invitada especial era Ady. Implicita en esta reunion, estaba la competencia entre todos, para ser quien se ganara a la guerita, talvez no por completo, pero al menos algo que fuera el inicio de algo mas. El viernes por la noche fuimos llegando uno por uno a la cita y llego el momento en que aparecio Ady, esta por demas decir que iba esplendida, deliciosa, habia tenido tiempo de ir a su casa para refrescarse, cambiarse y ponerse mas apetecible. Su sonrisa fue la constante durante el tiempo que estuvimos juntos, todos. Platicamos de muchas cosas, la interrogamos con prudencia de sus cosas mas personales y por fin escuchamos lo que esperabamos: no tenia novio!!!
Bebimos, comimos, reimos, hablamos y creo que todos, incluida Ady, cuidamos no emborracharnos, como para no perdernos de algo que queriamos y ella, pues, creo que para no dar mala impresion en la primera ocasion en que se reunia con nosotros, aunque no le hacia ningun fuchi a las cheves y despues a los tequilas.
A la hora de la despedida, todos nos ofrecimos de llevarla a su casa, pero ella nos señalo su coche y se despidio de cada uno, con un beso en la mejilla y una mirada entre complaciente y picara que nos dejo a todos mas interesados.

continuara...

martes, 10 de marzo de 2009

UNO DE SABINES


Leo y releo a mi amigo el poeta, al que vi solo una vez, al que oi siempre, al que sigo leyendo, del que sigo aprendiendo, al que sigo admirando, al que copio para dedicar sus palabras a quienes ansio, a quienes deseo, a quienes amo...




NO ES NADA DE TU CUERPO

No es nada de tu cuerpo,
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo, en que bebo.
No son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un gramo, ni un momento:

Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.


Jaime Sabines

viernes, 6 de marzo de 2009

NATURALEZA NI MUERTA NI VIVA

COPIA ESTE LINK... ABRE LA PAGINA Y VELO.
ESPERO TE GUSTE...


http://www.samorost2.net/plantage/

viernes, 20 de febrero de 2009

MUERTE SIN FIN


Muerte sin fin, uno de los grandes poemas en Hispanoamérica
Asi fue definido este hermoso poema del tabasqueño Jose Gorostiza. Extenso, incomprendido, atemorizante, extraño y de una belleza linguistica y de imagenes que muy pocos poetas y escritores han logrado, ahora se cumplen 70 años de haberse publicado. Va...

MUERTE SIN FIN

Lleno de mí, sitiado en mi epidermis
por un dios inasible que me ahoga,
mentido acaso
por su radiante atmósfera de luces
que oculta mi conciencia derramada,
mis alas rotas en esquirlas de aire,
mi torpe andar a tientas por el lodo;
lleno de mí —ahíto— me descubro
en la imagen atónita del agua,
que tan sólo es un tumbo inmarcesible,
un desplome de ángeles caídos
a la delicia intacta de su peso,
que nada tiene
sino la cara en blanco
hundida a medias, ya, como una risa agónica,
en las tenues holandas de la nube
y en los funestos cánticos del mar
—más resabio de sal o albor de cúmulo
que sola prisa de acosada espuma.
No obstante —oh paradoja— constreñida
por el rigor del vaso que la aclara,
el agua toma forma.
En él se asienta, ahonda y edifica,
cumple una edad amarga de silencios
y un reposo gentil de muerte niña,
sonriente, que desflora
un más allá de pájaros
en desbandada.
En la red de cristal que la estrangula,
allí, como en el agua de un espejo,
se reconoce;
atada allí, gota con gota,
marchito el tropo de espuma en la garganta
¡qué desnudez de agua tan intensa,
qué agua tan agua,
está en su orbe tornasol soñando,
cantando ya una sed de hielo justo!
¡Mas qué vaso —también— más providente
éste que así se hinche
como una estrella en grano,
que así, en heroica promisión, se enciende
como un seno habitado por la dicha,
y rinde así, puntual,
una rotunda flor
de transparencia al agua,
un ojo proyectil que cobra alturas
y una ventana a gritos luminosos
sobre esa libertad enardecida
que se agobia de cándidas prisiones!

¡Más que vaso —también— más providente!
Tal vez esta oquedad que nos estrecha
en islas de monólogos sin eco,
aunque se llama Dios,
no sea sino un vaso
que nos amolda el alma perdidiza,
pero que acaso el alma sólo advierte
en una transparencia acumulada
que tiñe la noción de Él, de azul.
El mismo Dios,
en sus presencias tímidas,
ha de gastar la tez azul
y una clara inocencia imponderable,
oculta al ojo, pero fresca al tacto,
como este mar fantasma en que respiran
—peces del aire altísimo—
los hombres.
¡Sí, es azul! ¡Tiene que ser azul!
Un coagulado azul de lontananza,
un circundante amor de la criatura,
en donde el ojo de agua de su cuerpo
que mana en lentas ondas de estatura
entre fiebres y llagas;
en donde el río hostil de su conciencia
¡agua fofa, mordiente, que se tira,
ay, incapaz de cohesión al suelo!
en donde el brusco andar de la criatura
amortigua su enojo,
se redondea
como una cifra generosa,
se pone en pie, veraz, como una estatua.
¿Qué puede ser —si no— si un vaso no?
Un minuto quizá que se enardece
hasta la incandescencia,
que alarga el arrebato de su brasa,
ay, tanto más hacia lo eterno mínimo
cuanto es más hondo el tiempo que lo colma.
Un cóncavo minuto del espíritu
que una noche impensada,
al azar
y en cualquier escenario irrelevante
con el vuelo del pájaro,
estalla en él como un cohete herido
y en sonoras estrellas precipita
su desbandada pólvora de plumas.
Mas en la médula de esta alegría,
no ocurre nada, no;
sólo un cándido sueño que recorre
las estaciones todas de su ruta
tan amorosamente
que no elude seguirla a sus infiernos,
ay, y con qué miradas de atropina,
tumefactas e inmóviles, escruta
el curso de la luz, su instante fúlgido,
en la piel de una gota de rocío;
concibe el ojo
y el intangible aceite
que nutre de esbeltez a la mirada;
gobierna el crecimiento de las uñas
y en la raíz de la palabra esconde
el frondoso discurso de ancha copa
y el poema de diáfanas espigas.
Pero aún más —porque en su cielo impío
nada es tan cruel como este puro goce—
somete sus imágenes al fuego
de especiosas torturas que imagina
—las infla de pasión,
en la prisma del llanto las deshace,
las ciega con el lustre de un barniz,
las satura de odios purulentos,
rencores zánganos
como una mala costra,
angustias secas como la sed del yeso.
Pero aún más —porque, inmune a la mácula,
tan perfecta crueldad no cede a límites—
perfora la substancia de su gozo
con rudos alfileres;
piensa el tumor, la úlcera y el chancro
que habrán de festonar la tez pulida,
toma en su mano etérea a la criatura
y la enjuta, la hincha o la demacra,
como a un copo de cera sudorosa,
y en un ilustre hallazgo de ironía
la estrecha enternecido
con los brazos glaciales de la fiebre.
Mas nada ocurre, no, sólo este sueño
desorbitado
que se mira a sí mismo en plena marcha;
presume, pues, su término inminente
y adereza en el acto
el plan de su fatiga,
su justa vacación
su domingo de gracia allá en el campo,
al fresco albor de las camisas flojas.
¡Qué trebolar mullido, qué parasol de niebla
se regala en el ánimo
para gustar la miel de sus vigilias!
Pero el ritmo es su norma, el solo paso,
la sola marcha en círculo, sin ojos;
así, aun de su cansancio, extrae
¡hop!
largas cintas de cintas de sorpresas
que en un constante perecer enérgico,
en un morir absorto,
arrasan sin cesar su bella fábrica
hasta que —hijo de su misma muerte,
gestado en la aridez de sus escombros—
siente que su fatiga se fatiga,
se erige a descansar de su descanso
y sueña que su sueño se repite,
irresponsable, eterno,
muerte sin fin de una obstinada muerte,
sueño de garza anochecido a plomo
que cambia sí de pie, mas no de sueño,
que cambia sí la imagen,
mas no la doncellez de su osadía
¡oh inteligencia, soledad en llamas!
que lo consume todo hasta el silencio,
sí, como una semilla enamorada
que pudiera soñarse germinando,
probar en el rencor de la molécula
el salto de las ramas que aprisiona
y el gusto de su fruta prohibida,
ay, sin hollar, semilla casta,
sus propios impasibles tegumentos.

¡Oh inteligencia, soledad en llamas
que todo lo concibe sin crearlo!
Finge el calor del lodo,
su emoción de substancia adolorida,
el iracundo amor que lo embellece
y lo encumbra más allá de las alas
a donde sólo el ritmo
de los luceros llora,
mas no le infunde el soplo que lo pone en pie
y permanece recreándose a sí misma,
única en Él, inmaculada, sola en Él,
reticencia indecible,
amoroso temor de la materia,
angélico egoísmo que se escapa
como un grito de júbilo sobre la muerte
—oh inteligencia, páramo de espejos!
helada emanación de rosas pétreas
en la cumbre de un tiempo paralítico;
pulso sellado;
como una red de arterias temblorosas,
hermético sistema de eslabones
que apenas se apresura o se retarda
según la intensidad de su deleite;
abstinencia angustiosa
que presume el dolor y no lo crea,
que escucha ya en la estepa de sus tímpanos
retumbar el gemido del lenguaje
y no lo emite;
que nada más absorbe las esencias
y se mantiene así, rencor sañudo,
una, exquisita, con su dios estéril,
sin alzar entre ambos
la sorda pesadumbre de la carne,
sin admitir en su unidad perfecta
el escarnio brutal de esa discordia
que nutren vida y muerte inconciliables,
siguiéndose una a otra
como el día y la noche,
una y otra acampadas en la célula
como en un tardo tiempo de crepúsculo,
ay, una nada más, estéril, agria,
con Él, conmigo, con nosotros tres;
como el vaso y el agua, sólo una
que reconcentra su silencio blanco
en la orilla letal de la palabra
y en la inminencia misma de la sangre.
¡ALELUYA, ALELUYA!

Iza la flor su enseña,
agua, en el prado.
¡Oh, qué mercadería
de olor alado!

¡Oh, qué mercadería
de tenue olor!
¡cómo inflama los aires
con su rubor!

¡Qué anegado de gritos
está el jardín!
«¡Yo, el heliotropo, yo!»
«¿Yo? El jazmín.»

Ay, pero el agua,
ay, si no huele a nada.

Tiene la noche un árbol
con frutos de ámbar;
tiene una tez la tierra,
ay, de esmeraldas.

El tesón de la sangre
anda de rojo;
anda de añil el sueño;
la dicha, de oro.

Tiene el amor feroces
galgos morados;
pero también sus mieses,
también sus pájaros.

Ay, pero el agua,
ay, si no luce a nada.

Sabe a luz, a luz fría,
sí, la manzana.
¡Qué amanecida fruta
tan de mañana!
¡Qué anochecido sabes,
tú, sinsabor!
¡cómo pica en la entraña
tu picaflor!

Sabe la muerte a tierra,
la angustia a hiel.
Este morir a gotas
me sabe a miel.

Ay, pero el agua,
ay, si no sabe a nada.

[BAILE]

Pobrecilla del agua,
ay, que no tiene nada,
ay, amor, que se ahoga,
ay, en un vaso de agua.

En el rigor del vaso que la aclara,
el agua toma forma
—ciertamente.
Trae una sed de siglos en los belfos,
una sed fría, en punta, que ara cauces
en el sueño moroso de la tierra,
que perfora sus miembros florecidos,
como una sangre cáustica,
incendiándolos, ay, abriendo en ellos
desapacibles úlceras de insomnio.
Más amor que sed; más que amor, idolatría,
dispersión de criatura estupefacta
ante el fulgor que blande
—germen del trueno olímpico— la forma
en sus netos contornos fascinados.
¡Idolatría, sí idolatría!
Mas no le basta el ser un puro salmo,
un ardoroso incienso de sonido;
quiere, además, oírse.
Ni le basta tener sólo reflejos
—briznas de espuma
para el ala de luz que en ella anida;
quiere, además, un tálamo de sombra,
un ojo,
para mirar el ojo que la mira.
En el lago, en la charca, en el estanque,
en la entumida cuenca de la mano,
se consuma este rito de eslabones,
este enlace diabólico
que encadena el amor a su pecado.
En el nítido rostro sin facciones
el agua, poseída,
siente cuajar la máscara de espejos
que el dibujo del vaso le procura.
Ha encontrado, por fin,
en su correr sonámbulo,
una bella, puntual fisonomía.
Ya puede estar de pie frente a las cosas.
Ya es ella también, aunque por arte
de estas limpias metáforas cruzadas,
un encendido vaso de figuras.
El camino, la barda, los castaños,
para durar el tiempo de una muerte
gratuita y prematura, pero bella,
ingresan por su impulso
en el suplicio de la imagen propia
y en medio del jardín, bajo las nubes,
descarnada lección de poesía,
instalan un infierno alucinante.

Pero el vaso en sí mismo no se cumple.
Imagen de una deserción nefasta
¿qué esconde en su rigor inhabitado,
sino esta triste claridad a ciegas,
sino esta tentaleante lucidez?
Tenedlo ahí, sobre la mesa, inútil.
Epigrama de espuma que se espiga
ante un auditorio anestesiado,
incisivo clamor que la sordera
tenaz de los objetos amordaza,
flor mineral que se abre para adentro
hacia su propia luz,
espejo ególatra
que se absorbe a sí mismo contemplándose.
Hay algo en él, no obstante, acaso un alma,
el instinto augural de las arenas,
una llaga tal vez que debe al fuego,
en donde le atosiga su vacío.
Desde este erial aspira a ser colmado.
En el agua, en el vino, en el aceite,
articula el guión de su deseo;
se ablanda, se adelgaza;
ya su sobrio dibujo se le nubla,
ya embozado en el giro de un reflejo,
en un llanto de luces se liquida.

Mas la forma en sí misma no se cumple.
Desde su insigne trono faraónico,
magnánima,
deífica,
constelada de epítetos esdrújulos,
rige con hosca mano de diamante.
Está orgullosa de su orondo imperio.
¡En las augustas pituitarias de ónice
no juega, acaso, el encendido aroma
con que arde a sus pies la poesía?
¡Ilusión, nada más gentil narcótico
que puebla de fantasmas los sentidos!
Pues desde ahí donde el dolor emite
¡oh turbio sol de podre!
el esmerado brillo que lo embosca,
ay, desde ahí, presume la materia
que apenas cuaja su dibujo estricto
y ya es un jardín de huellas fósiles,
estruendoso fanal,
rojo timbre de alarma en los cruceros
que gobierna la ruta hacia otras formas.
La rosa edad que esmalta su epidermis
—senil recién nacida—
envejece por dentro a grandes siglos.
Trajo puesta la proa a lo amarillo.
El aire se coagula entre sus poros
como un sudor profuso
que se anticipa a destilar en ellos
una esencia de rosas subterráneas.
Los crudos garfios de su muerte suben,
como musgo, por grietas inasibles,
ay, la hostigan con tenues mordeduras
y abren hueco por fin a aquel minuto
—¡miradlo en la lenteja del reloj,
neto, puntual, exacto,
correrse un eslabón cada minuto!—
cuando al soplo infantil de un parpadeo,
la egregia masa de ademán ilustre
podrá caer de golpe hecha cenizas.

No obstante —¿por qué no?— también en ella
tiene un rincón el sueño,
árido paraíso sin manzana
donde suele escaparse de su rostro,
por el rostro marchito del espectro
que engendra aletargada, su costilla.
El vaso de agua es el momento justo.
En su audaz evasión se transfigura,
tuerce la órbita de su destino
y se arrastra en secreto hacia lo informe.
La rapiña del tacto no se ceba
—aquí, en el sueño inhóspito—
sobre el templado nácar de su vientre,
ni la flauta Don Juan que la requiebra
musita su cachonda serenata.
El sueño es cruel,
ay, punza, roe, quema, sangra, duele.
Tanto ignora infusiones como ungüentos.
En los sordos martillos que la afligen
la forma da en el gozo de la llaga
y el oscuro deleite del colapso.
Temprana madre de esa muerte niña
que nutre en sus escombros paulatinos,
anhela que se hundan sus cimientos
bajo sus plantas, ay, entorpecidas
por una espesa lentitud de lodo;
oye nacer el trueno del derrumbe;
siente que su materia se derrama
en un prurito de ácidas hormigas;
que, ya sin peso, flota
y en un claro silencio se deslíe.
Por un aire de espejos inminentes
¡oh impalpables derrotas del delirio!
cruza entonces, a velas desgarradas,
la airosa teoría de una nube.

En la red de cristal que la estrangula,
el agua toma forma,
la bebe, sí, en el módulo del vaso,
para que éste también se transfigure
con el temblor del agua estrangulada
que sigue allí, sin voz, marcando el pulso
glacial de la corriente.
Pero el vaso
—a su vez—
cede a la informe condición del agua
a fin de que —a su vez— la forma misma,
la forma en sí, que está en el duro vaso
sosteniendo el rencor de su dureza
y está en el agua de aguijada espuma
como presagio cierto de reposo,
se pueda sustraer al vaso de agua;
un instante, no más,
no más que el mínimo
perpetuo instante del quebranto,
cuando la forma en sí, la pura forma,
se abandona al designio de su muerte
y se deja arrastrar, nubes arriba,
por ese atormentado remolino
en que los seres todos se repliegan
hacia el sopor primero,
a construir el escenario de la nada.
Las estrellas entonces ennegrecen.
Han vuelto al dardo insomne
a la noche perfecta de su aljaba.

Porque en el lento instante del quebranto,
cuando los seres todos se repliegan
hacia el sopor primero
y en la pira arrogante de la forma
se abrasan, consumidos por su muerte
—¡ay, ojos, dedos, labios,
etéreas llamas del atroz incendio!—
el hombre ahoga con sus manos mismas,
en un negro sabor de tierra amarga,
los himnos claros y los roncos trenos
con que cantaba la belleza,
entre tambores de gangoso idioma
y esbeltos címbalos que dan al aire
sus golondrinas de latón agudo;
ay, los trenos e himnos que loaban
la rosa marinera
que consuma el periplo del jardín
con sus velas henchidas de fragancia;
y el malsano crepúsculo de herrumbre,
amapola del aire lacerado
que se pincha en las púas de un gorjeo;
y la febril estrella, lis de calosfrío,
punto sobre las íes
de las tinieblas;
y el rojo cáliz del pezón macizo,
sola flor de granado
en la cima angustiosa del deseo,
y la mandrágora del sueño amigo
que crece en los escombros cotidianos
—ay, todo el esplendor de la belleza
y el bello amor que la concierta toda
en un orbe de imanes arrobados.

Porque el tambor rotundo
y las ricas bengalas que los címbalos
tremolan en la altura de los cantos,
se anegan, ay, en un sabor de tierra amarga,
cuando el hombre descubre en sus silencios
que su hermoso lenguaje se le agosta,
se le quema —confuso— en la garganta,
exhausto de sentido;
ay, su aéreo lenguaje de colores,
que así se jacta del matiz estricto
en el humo aterrado de sus sienas
o en el sol de sus tibios bermellones;
él, que discurre en la ansiedad del labio
como una lenta rosa enamorada;
él, que cincela sus celos de paloma
y modula sus látigos feroces;
que salta en sus caídas
con un ruidoso síncope de espumas;
que prolonga el insomnio de su brasa
en las mustias cenizas del oído;
que oscuramente repta
e hinca enfurecido la palabra
de hiel, la tuerta frase de ponzoña;
él que labra el amor del sacrificio
en columnas de ritmos espirales,
sí, todo él, lenguaje audaz del hombre,
se le ahoga —confuso— en la garganta
y de su gracia original no queda
sino el horror de un pozo desecado
que sostiene su mueca de agonía.
Porque el hombre descubre en sus silencios
que su hermoso lenguaje se le agosta
en el minuto mismo del quebranto,
cuando los peces todos
que en cautelosas órbitas discurren
como estrellas de escamas, diminutas,
por la entumida noche submarina,
cuando los peces todos
y el ulises salmón de los regresos
y el delfín apolíneo, pez de dioses,
deshacen su camino hacia las algas;
cuando el tigre que huella
la castidad del musgo
con secretas pisadas de resorte
y el bóreas de los ciervos presurosos
y el cordero Luis XV, gemebundo,
y el león babilónico
que añora el alabastro de los frisos
—¡flores de sangre, eternas,
en el racimo inmemorial de las especies!—
cuando todos inician el regreso
a sus mudos letargos vegetales;
cuando la aguda alondra se deslíe
en el agua del alba,
mientras las aves todas
y el solitario búho que medita
con su antifaz de fósforo en la sombra,
la golondrina de escritura hebrea
y el pequeño gorrión, hambre en la nieve,
mientras todas las aves se disipan
en la noche enroscada del reptil;
cuando todo —por fin— lo que anda o repta
y todo lo que vuela o nada, todo,
se encoge en un crujir de mariposas,
regresa a sus orígenes
y al origen fatal de sus orígenes,
hasta que su eco mismo se reinstala
en el primer silencio tenebroso.

Porque los bellos seres que transitan
por el sopor añoso de la tierra
—¡tragos de sangre, libres,
en la pantalla de su sueño impuro!—
todos se dan a un frenesí de muerte,
ay, cuando el sauce
acumula su llanto
para urdir la substancia de un delirio
en que —¡tú! ¡yo! ¡nosotros!— de repente,
a fuerza de atar nombres destemplados,
ay, no le queda sino el tronco prieto,
desnudo de oración ante su estrella;
cuando con él, desnudos, se sonrojan
el álamo temblón de encanecida barba
y el eucalipto rumoroso,
témpano de follaje
y tornillo sin fin de la estatura
que se pierde en las nubes, persiguiéndose;
y también el cerezo y el durazno
en su loca efusión de adolescentes
y la angustia espantosa de la ceiba
y todo cuanto nace de raíces,
desde el heroico roble hasta la impúbera
menta de boca helada;
cuando las plantas de sumisas plantas
retiran el ramaje presuntuoso,
se esconden en sus ásperas raíces
y en la acerba raíz de sus raíces
y presas de un absurdo crecimiento
se desarrollan hacia la semilla,
hasta quedar inmóviles
¡oh cementerios de talladas rosas!
en los duros jardines de la piedra.

Porque desde el anciano roble heroico
hasta la impúbera
menta de boca helada,
ay, todo cuanto nace de raíces
establece sus tallos paralíticos
en los duros jardines de la piedra,
cuando el rubí de angélicos melindres
y el diamante iracundo
que fulmina a la luz con un reflejo,
más el ario zafir de ojos azules
y la geórgica esmeralda que se anega
en el abrilde su robusta clorofila,
una a una, las piedras delirantes,
con sus lindas hermanas cenicientas,
turquesa, lapislázuli, alabastro,
pero también el oro prisionero
y la plata de lengua fidedigna,
ingenuo ruiseñor de los metales
que se ahoga en el agua de su canto;
cuando las piedras finas
y los metales exquisitos, todos,
regresan a sus nidos subterráneos
por las rutas candentes de la llama,
ay, ciegos de su lustre,
ay, ciegos de su ojo,
que el ojo mismo,
como un siniestro pájaro de humo,
en su aterida combustión se arranca.

Porque raro metal o piedra rara,
así como la roca escueta, lisa,
que figura castillos
con sólo naipes de aridez y escarcha,
y así la arena de arrugados pechos
y el humus maternal de entraña tibia,
ay, todo se consume
con un mohíno crepitar de gozo,
cuando la forma en sí, la forma pura,
se entrega a la delicia de su muerte
y en su sed de agotarla a grandes luces
apura en una llama
el aceite ritual de los sentidos,
que sin labios, sin dedos, sin retinas,
sí paso a paso, muerte a muerte, locos,
se acogen a sus túmidas matrices,
mientras unos a otros se devoran
al animal, la planta
a la planta, la piedra
a la piedra, el fuego
al fuego, el mar
al mar, la nube
a la nube, el sol
hasta que todo este fecundo río
de enamorado semen que conjuga,
inaccesible al tedio,
el suntuoso caudal de su apetito,
no desemboca en sus entrañas mismas,
en el acre silencio de sus fuentes,
entre un fulgor de soles emboscados,
en donde nada es ni nada está,
donde el sueño no duele,
donde nada ni nadie, nunca, está muriendo
y solo ya, sobre las grandes aguas,
flota el Espíritu de Dios que gime
con un llanto más llanto aún que el llanto,
como si herido —¡ay, Él también!— por un cabello
por el ojo en almendra de esa muerte
que emana de su boca,
hubiese al fin ahogado su palabra sangrienta.
¡ALELUYA, ALELUYA!

¡Tan-tan! ¿Quién es? Es el Diablo,
es una espesa fatiga,
un ansia de trasponer
estas lindes enemigas,
este morir incesante,
tenaz, esta muerte viva,
¡oh Dios! que te está matando
en tus hechuras estrictas,
en las rosas y en las piedras,
en las estrellas ariscas
y en la carne que se gasta
como una hoguera encendida,
por el canto, por el sueño,
por el color de la vista.

¡Tan-tan! ¿Quién es? Es el Diablo,
ay, una ciega alegría,
un hambre de consumir
el aire que se respira,
la boca, el ojo, la mano;
estas pungentes cosquillas
de disfrutarnos enteros
en sólo un golpe de risa,
ay, esta muerte insultante,
procaz, que nos asesina
a distancia, desde el gusto
que tomamos en morirla,
por una taza de té,
por una apenas caricia.

¡Tan-tan! ¿Quién es? Es el Diablo,
es una muerte de hormigas
incansables, que pululan
¡oh Dios! sobre tus astillas,
que acaso te han muerto allá,
siglos de edades arriba,
sin advertirlo nosotros,
migajas, borra, cenizas
de ti, que sigues presente
como una estrella mentida
por su sola luz, por una
luz sin estrella, vacía,
que llega al mundo escondiendo
su catástrofe infinita.

[BAILE]

Desde mis ojos insomnes
mi muerte me está acechando,
me acecha, sí, me enamora
con su ojo lánguido.
¡Anda putilla del rubor helado,
anda, vámonos al diablo!


José Gorostiza

miércoles, 18 de febrero de 2009

LOS PIES


Nunca he negado mi fascinacion por los pies de las mujeres, los pies bien cuidados que invitan a ser acariciados, besados, chupados. Casualmente me encontre un articulo de Cecilia Rosillo, a quien no conozco, pero que relata lo que son los pies, por eso lo comparto, al menos con mi lectora favorita.

LOS PIES

Cecilia Rosillo

Apestan, sudan, tienen hongos, grietas o callos, amén de que las uñas pueden padecer también enfermedades; los pies tienen mala fama y la mayoría de los comerciales de televisión los ponen en el último peldaño de las partes del cuerpo más sexys. ¿O no?. Sin embargo, son extremadamente sensibles a las caricias y resultan una zona erógena de muchísimo placer. El encasillamiento Tal parece que a los pies sólo les tocó ser parte del anzuelo pues se han usado más bien como fetiches y para atraer las miradas sobre los sensuales tacones. Para algunos hombres la erótica del pie se incrementa cuando ven a mujeres que calzan sandalias altas, otros lo que disfrutan es de contemplar y la vista de unos pies descalzos. Pero no todos piensan en usarlos como parte del juego sexual. Al ataque Un masaje en los pies ayuda a relajar a la persona, por muy tensa que se encuentre. Y ésta es una manera sutil de iniciar el juego previo. Lavarlos y acariciarlos rítmicamente con algún aceite o lubricante estimula la líbido y esto se incrementa si son besados, lamidos o mordidos con suavidad. Como tienen una gran cantidad de terminales nerviosas y su piel (de estar sana) suele ser de las más suaves del cuerpo, los pies son tan sensibles que las sensaciones que percibimos a través de ellos pueden confundirnos. Por ejemplo, las cosquillas son comunes en esta zona y por ello, muchas personas se niegan a que se los toquen, pero si en lugar de hacerlo “rascándolos” para producir hilaridad lo hacemos de manera suave y profunda la sensación de cosquillas se convierten en placer. Chupar los dedos de los pies mientras se realiza el coito (si la posición lo permite) resulta muy estimulante y hasta puede ayudar a llegar al orgasmo. Tips para gozar Si nunca le has dado chance a esta parte de tu cuerpo de experimentar el juego sexual puedes iniciar lavándolos y percibiendo tanto su textura como lo que te produce tocarlos. Con tu pareja úntense chocolate líquido, miel o cualquier alimento que les permita lamerlos y chuparlos hasta llegar a la piel. Intenta “succionar” los dedos y pasar la lengua por la base de estos en la planta, si observas a tu pareja seguro descubrirás gestos que le desconocías. Kamasutra Dentro del libro de El Kamasutra los capítulos en donde se explican las posiciones sexuales ha sido, indudablemente, la más consultada. Algunas de éstas no son exclusivas de este libro ni fueron inventadas por la cultura hindú, otras sociedades también las practicaban y les han dado otros nombres. Este es el caso de la posición conocida en occidente como la cortesana, con ésta la pareja disfruta del sexo sin cansarse demasiado y además puede prolongar por más tiempo el placer. La mujer es colocada sobre la cama, la mesa o un escritorio que esté a la altura de la cadera del hombre ya que la penetración se efectúa estando él de pie. La gran ventaja de esta posición es que ninguno se cansa de “cargar” el peso del otro, además de que es cómoda, pues los cuerpos de frente, con el movimiento, tiene mayor capacidad de contacto, la pareja se puede ver a los ojos y hay mayor amplitud de los movimientos de la pelvis. Lo malo es que si la altura del soporte donde está ella es más bajo o alto del nivel de cadera de él puede resultar difícil tener una penetración profunda y prolongada.

viernes, 23 de enero de 2009

viernes, 16 de enero de 2009

¿CON MELON... O CON SANDIA?


Por eso, luego uno no les cree, porque hacen lo mismo los otros, en cualquier orden, aunque sea malo, o mas bien, si es malo, mejor.

miércoles, 14 de enero de 2009

LA LORE


Hacia muchos años que no sabia de ella, de La Lore, se llama Lorena, por supuesto, pero siempre fue La Lore. Las ultimas veces que nos vimos fue en una ocasion en que se le ocurrio venir a Manzanillo a tomar unas fotos para hacer unas postales y segun ella, inundar todas las tiendas con sus postales que comprarian los turistas para recordar cuando anduvieron por aqui. Sobra decir que aparecio en mi antiguo departamento, con mochila y camara y se instaló comodamente. Por las mañanas salia muy temprano que porque la luz a esas horas es la mejor para las fotografias, a mediodia que yo regresaba de mi chamba, ya estaba descansada, bronceada, bañada del mar y a medios chiles, al principio tomaba cerveza, pero como yo no tomo cerveza, rapidamente se acostumbro a tomarse mi vino tinto y blanco. Me gustaba mucho como se le ponian sus ojos despues de unas dos o tres copas de vino, primero brillosos y luego con una chispa como si hubiera hecho alguna travesura, lo inexplicable de eso, es que las travesuras las haciamos despues, pero sus ojos la acusaban antes de tiempo.
Iba y venia de Guadalajara a Manzanillo, con su proyecto de las postales, hasta que practicamente se quedo mas tiempo aqui. Que yo recuerde nunca fuimos muy unidos, cuando estabamos en la escuela yo tuve dos o tres novias y al final una relacion mas en forma con convivencia y toda la cosa, pero con ella nunca hubo mucha cercania, ni mucha amistad, entre las platicas, recordamos que alguna vez en un reventon, ya medios pedos, nos empezamos a abrazar, luego a besar y terminamos dentro del coche de un amigo y los dos coincidimos en que habia sido una de las cogidas mas incomodas que habiamos tenido. Pero volviendo a cuando apareciò en Manzanillo para lo de sus fotos, pues como que ninguno de los dos sabiamos que onda, la primera noche, platicamos mucho tiempo, recordando cosas, gente y todo lo memorioso, nos chupamos varias botellas de vino y, yo dormi en mi cama solo y ella en la otra habitacion. Fue hasta el tercer dia en que, tambien medios pedos, nos fuimos a la playa a ver el atardecer, ahi nos quedamos hasta muy tarde y empezamos a fajarnos, subimos al departamento y muy correctamente, ella se mudo a mi cuarto tomando su mochila y su camara encontrandole rapidamente sitio junto a mi cama. Fue un tiempo muy sabroso, sin compromisos, sin horarios, mucho vino tinto y blanco, mucho sexo, siempre andabamos desnudos dentro de la casa, no eramos novios, solo nos cogiamos, haciamos fiestas, ella se hizo de algunos amigos y amigas y yo pues tenia mis amistades con quienes haciamos uno que otro reventon y llego el momento en que tuvimos que establecer alguna regla para evitar situaciones incomodas, de tal manera que los dos estuvimos de acuerdo en que en el momento en que decidieramos tener otra relacion con otra persona, si era ella, tendria que irse de la casa y si era yo, pues lo mejor es que tambien buscara a donde irse. Algo asi sucedio, yo traia arrastrando una relacion medio tormentosa, pero llena de mucha pasion y la susodicha regreso perdonandome y buscando perdon, asi lo dijo, y pues La Lore comprendio la situacion y mejor se regreso a Guadalajara a concretar su rollo de las postales.
Sobra decir que las postales nunca estuvieron en las tiendas de artesanias y souvenirs de Manzanillo, cuando andaba buscando financiamiento para producir en serie sus postales turisticas, se encontro con un mecenas que mejor le dijo que no se preocupara de la vida y como dicen en las novelas, la saco de trabajar.
Hace unos dias, me dieron un recado en la oficina, diciendome que me habia hablado una persona llamada Lorena y que era importantisimo que me reportara con ella a un numero de cel con lada de Guadalajara, la verdad me valio madre y no me reporte, total si es tan importante volveran a llamar. Al dia siguiente me dieron otro recado de que la tal Lorena habia vuelto a llamar y que pedia mi numero de cel, que por supuesto no le dieron. Total que en un rato de ocio me invadio la curiosidad y marque, no habia terminado de decir bueno... cuando una voz del otro lado grito:
-HIJO DE TU PUTA MADRE QUE ESTAS PENSANDO QUE TE VOY A ESTAR BUSCANDO TODO EL TIEMPO?
SI, era LA LORE, toditita, su voz es inconfundible y tiene las mentadas de madre a flor de labios. Quedamos de vernos mas tarde.
Confieso que no soy asiduo visitante del flamante Starbuck de la ciudad, me gustan los cafes y bebidas que ahi preparan, pero no es mi sitio preferido. Aun asi, La Lore me pregunto que donde nos veriamos y sin pensarlo mucho le dije que en el Starbuck...(me permito omitir el comentario de mal gusto que La Lore hizo porque ya teniamos Starbuck) pues bien, nos citamos en dichoso lugar a las siete y media de la noche. Llegue, un poco ansioso por verla, de ver como estaba, como lucia, que me decia y me hacia... y si, ahi estaba sentada, apacible con su hermosa cara cubierta con esa cabellera deliciosa que sabe cubrirte la cara cuando esta encima de uno, con esa mirada de desinteres por la vida, pero que en el fondo esta pendiente de hasta el mas minimo detalle, sea importante o no, ella se encarga de priorizar o desechar lo que sirve o no. No se movio de su posicion, solo sonrio y estiro sus brazos como para abrazarme, yo me incline, la bese y la abrace fuerte, con gusto, con ganas y ella me correspondio, incluso presumo, que con alegria.
- Y luego... ¿que andas haciendo por aqui otra vez? mas postales?
- Chinga tu madre... jajajajaja Pues estoy de vacaciones...
- Me da gueva preguntar esto, pero ¿que es de tu vida, que onda contigo?
- Pues... precisamente ahorita que te estaba esperando estuve haciendo un recuento
rapido de lo que he hecho desde la ultima vez que nos vimos y pues, primero me
fui a vivir con el guey que me "saco de trabajar", fue un tiempo chido, sin
preocupaciones, hasta que aparecio una esposa... gulp, si, resulta que el guey
estaba casado, lo cual no tiene nada de malo, siempre y cuando no lo esconda y pues
hasta ahi llego la luna de miel, luego como para levantarme el animo, junte una lana y me fui a Europa, estuve un rato en España trabajando de mesera, luego me
fui a una playa en Francia y ahi la hice de niñera y de muchas cosas, pero quiero
hacerte la aclaracion que nunca cobre por coger, siempre lo hice por gusto y de
gratis, no se si sea un orgullo reconocerlo, pero asi no me remuerde la conciencia
y no falto a la promesa que le hice a mi abuela de que nunca seria una puta, podre
ser muy caliente y cogelona, pero no puta...
Regrese hace cinco año y se me metio en la cabeza que mi reloj biologico me estaba
diciendo que ya era hora de tener hijos y pues me puse a buscar que onda con eso.
Me tome el tiempo y la paciencia necesaria para escoger y coger y pues me salio
bien el rollo, termine casada, esa no es la parte buena, con una hija, esa si es
la parte buena, ahora solo somos mi hija y yo y un negocio que funciona.
¿Y tu? te veo igual y tranquilo...
- Pos si, no tan igual, pero tranquilo.
La verdad es que no paraba de ver a La Lore, de recorrerla, de admirarla y desearla. Algo que me extasio fue ver sus pies, tiene unos pies hermosos, limpios, bien cuidados, deliciosos, sonara muy fetichista, pero me encantan los pies bonitos, los de ella estan bien formados, su arco, sus dedos, sus uñas, todo, son una delicia, inmediatamente se me presentaron las imagenes del pasado cuando no paraba de acariciarlos, de besarlos, de chuparlos... Por supuesto que La Lore se percato inmediatamente de mis pensamientos y yo fui muy evidente al no despegar mi vista en mucho rato, de sus pies. Ella sonrio, estiro un brazo y acaricio mis cabellos diciendome: - NO se te quita lo caliente, eso es bueno.
Platicamos de muchas cosas mas, de recuerdos, de vivencias, tomamos cafe, comimos algo y llego el momento en que habia que preguntar que seguia...
- ¿Y que onda? ¿con quien llegaste? ¿a donde llegaste?
- Pues contigo guey...
- ¿como? Es decir...
- ¡Si! vine a pasar unos dias contigo... bueno si se puede, si quieres...
- ¡Claro que quiero! pero...
- ¿Tienes pedos? ¿vives con alguien? porque me acabas de decir que no te has
casado...
- PUes si, no me he casado, pero tengo compromisos, tengo mis rollos, ni modo que
me pasara todos estos años esperando que regresaras tu, asi nada mas...
- Jajajajajajaja que chistoso, no ya en serio, la verdad llegue a un hotel, pero
seria rico pasarla contigo un rato, si se puede... no estoy de mendiga, pero la
verdad se que contigo me podria pasar bien unos dias...
- ¿Y tu hija?
- Se quedo con su padre, a veces tiene que convivir con el tambien.
- No, pos orale.
Nos quedamos en el Starbucks un rato mas, mientras terminamos lo que estabamos tomando, pedimos la cuenta y salimos rumbo al coche. MIentras caminamos note que su cuerpo era un poco mas grueso, firme, hermoso, pero seguia teniendo su porte de semidescuido, siempre camina con la cabeza hacia atras y sonriendo la mayor parte del tiempo, creo que sonriendole a la vida. La verdad es que queria tomar su mano, abrazarla, sentir su cuerpo muy junto a mi. No sabia lo que me estaba pasando, no creo haber estado nunca enamorado de ella, siempre habiamos coincidido que lo de nosotros era deseo puro, sin mamadas romanticas, pero ahora, algo me atraia mas que solo estar en la cama con La Lore. Cuando subimos al coche me incline hacia ella y la bese en la boca, algo asi como un beso robado, ella me separo suavemente, sonriendo mientras me decia casi susurrando: - Espera... espera, ya habra tiempo para eso y mas cosas. Me enderece, prendi el coche y empezamos a caminar, la verdad, al principio sin un rumbo preciso, mas no perdido, retome el camino y me dirigi hacia mi casa, mientras pensaba en lo que iba a hacer, en lo que iba a pasar, no con ella, en ese momento, sino con mi vida diaria, con mis compromisos, con mis relaciones, en realidad no tengo nada serio, pero me gusta la relacion que llevo en este momento y no me gustaria echarla a perder por una aventura de unos dias nada mas, por muy rica que resulte. Pense en inventar alguna historia de alguna pariente que de repente aparecia, pero mas bien opte por decir la verdad, sin muchos detalles claro, entonces en ese mismo instante tome el telefono, llame a mi novia-amante-casiesposa y le comente que una vieja amiga de la escuela estaba de visita y se quedaria en mi casa unos dias; senti que de entrada no le gusto la idea, me cuestiono algunas cosas y lo que conteste, no creo que lo haya creido, pero ya estaban echas las cosas. Con todo eso, La Lore, nomas se reia despacio, sin decir nada, viendome de reojo y creo yo, imaginando la escena de mi novia-amante-casiesposa apareciendo en mi casa haciendo una escena de celos tipo MUJER CASOS DE LA VIDA REAL, con cuchillos sangrantes y toda la cosa. Eso no lo invento asi por asi, sino que lo imagino conociendo la perversidad de La Lore, que no nada mas es una diosa erotica, alguien creativo, de buen corazon, sino que tambien, muy perversa, con pensamientos de pelicula de terror... jajajaja.
LLegamos, ella no conocia la casa donde vivo actualmente, recorrio el lugar con la mirada, haciendo un gesto de aprobacion, de gusto.

----------HASTA AQUI ALCANZO A RESEÑAR POR EL MOMENTO DE LA VISITA
DE LA LORE, LUEGO CONTINUO CON MAS DETALLES