
Aproximadamente hace unos diez años, en Manzanillo empezamos a ver como llegaron una buena cantidad de empresarios, ejecutivos y trabajadores para puestos medios en empresas de nueva creación que tenían que ver exclusivamente con el puerto, es decir, agencias aduanales, agencias navieras, empresas de transportes, etc. En su debida proporción, se sentía como que había una atracción para quienes veían a Manzanillo como una promesa con certidumbre para hacer fortuna y obtener una excelente posición económica, además de ser una ciudad con una seguridad garantizada, en donde simplemente no pasaba nada. La construcción o transformación de edificios y casas para albergar oficinas de empresas que llegaban de un día para otro, ha resultado un gran negocio para los propietarios de los inmuebles situados de manera estratégica en el entorno de la actividad portuaria, pero además se alentó la inversión para la edificación de nuevos fraccionamientos, de la instalación de establecimientos que dieran el servicio necesario para los nuevos habitantes del puerto y los de siempre, así como el mejoramiento de algunos servicios y la oferta de otros que no se hubieran tenido en muchos años, de no ser por el boom portuario que se estaba dando.
En poco tiempo, quienes llegaron casi por una aventura empresarial, se convirtieron en personas con una excelente posición económica, integrados en una sociedad hibrida, mezcla de manzanillenses completos y los que venían de fuera.
Por supuesto que las cosas en el puerto marchaban de maravilla, la apertura de nuevas fuentes de trabajo, la creación de espacios para la actividad portuaria, que por supuesto le trajo beneficios a muchos ejidatarios que prácticamente habían abandonado tus tierras por la falta de incentivos para la agricultura, pero que de la noche a la mañana sus solares estaban convertidos en almacenes abiertos con cientos de contenedores.
Estratégicamente Manzanillo resultaba toda una promesa convertida en realidad de lo que el futuro deparaba, pues era ya oficial su titulo como puerta de entrada de la Cuenca del Pacifico, por donde entraría toda la mercancía proveniente de China y de Oriente en general, países que se han convertido en los proveedores de todo tipo de mercancías.
En muy pocos años vimos como el progreso llegaba a muchos sectores, pero también las molestias y la imposición de reglas y costumbres que no tenían porque entrar en nuestras vidas, las calles están convertidas en un almacén gigantesco saturado de automóviles y de motocicletas, vehículos fatídicos en los que se trasladan los tramitadores a grandes velocidades y excesiva imprudencia.
Mientras tanto, las autoridades portuarias no perdían el tiempo declarando la bonanza, presentando número inimaginables unos años antes. Definitivamente Manzanillo se había convertido en el Puerto numero uno del Pacifico Mexicano, lo que obligaba a pensar en planificar y realizar obras que mejoraran la infraestructura del puerto, además de mejorar las vías de comunicación para el correcto y rápido desalojo de la mercancía. Es entonces cuando se convierte en algo cercano el crecimiento del puerto en dos opciones, hacia el lado norte, o bien, construir un puerto más funcional y de última generación en la Laguna de Cuyutlan.
Todo iba muy bien, hasta que apareció el hermano incomodo, El puerto de Lázaro Cárdenas, en la costa michoacana, llamado el puerto sin límites. Por supuesto, los planes de las autoridades federales en materia portuaria dándole prioridad a Lázaro Cárdenas, fueron siempre negados, hasta la fecha, pero la realidad es evidente, pues existen muchos factores que ponen al puerto michoacano como la competencia injusta de Manzanillo, que al paso que va esta destinado a convertirse en un puerto que le de servicio únicamente al Occidente del país y no al sueño guajiro de ser el puerto que desbancaría a los puertos californianos.
Entre algunas de las acciones que evidencias la preferencia y la intención que se tiene con Lázaro Cárdenas, esta el subsidio al transporte de carga, la rápida construcción de amplias carreteras que facilitan el desalojo de la carga y rapidez en la entrega de la mercancía en sus destinos finales. Además de contar con más y mejores recursos de promoción, que advierten a los clientes la inmensa reserva territorial para el almacenamiento de contenedores sin ningún problema, como los que se tienen en Manzanillo.
A la fecha, los transportistas, agentes aduanales, operadoras y otras empresas portuarias, ya recienten la disminución del movimiento en este puerto colimense, mientras que en el de Michoacán, las cosas se incrementan, con la única desventaja que no ofrece la seguridad que se tiene en Manzanillo.
Hoy en día, la empresa administradora del puerto, la API, enfrenta serios problemas, pues no ha concretado muchos de sus proyectos de crecimiento, la construcción del puerto en la Laguna de Cuyutlan fue aplazado hasta nuevo aviso, y aunque se autorizo la expansión hacia la zona norte del puerto, los problemas con los colonos de la zona que resultara afectada ya se hicieron presentes, además de contar con el apoyo de las autoridades locales. Para enfrentar las demandas, la exigencia de información fidedigna y la justificación de lo que se esta haciendo, como es la destrucción de manglares, la API, no responde como debe de ser, únicamente se empeña en mantener una campaña de promoción interna totalmente fallida, en la que quiere comprar a los manzanillenses con espejitos, como los conquistadores y con frases vacías que irónicamente han sido cambiadas por lo que realmente esta pasando, de tal manera que EL PUERTO QUE NOS UNE, se ha convertido por culpa de ellos mismos, en EL PUERTO QUE NOS HUNDE.
Desafortunadamente no podemos evitar el ser regionalistas, es una cuestión cultural, es por ello que no debemos perder de vista que el Presidente de la Republica es michoacano y por ende, hará lo posible porque su estado natal se convierta en algo mas que un lugar con mucha violencia, refugio de narcos y para colmo en manos de perredistas, esto por si aun no creemos en que Manzanillo esta destinado a regresar a la realidad y que Lázaro Cárdenas esta siendo construido como el primer puerto del Pacifico Mexicano.

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